lunes, 1 de marzo de 2010

Emily the Strange


No sabe cómo se llama. No sabe dónde está. Solo sabe que acaba de despertarse, que está sentada en un banco en mitad de un parque destartalado. Pero no sabe ni de qué ciudad, ni cómo ha llegado hasta allí.Sus pertenencias son escasas: un cuaderno de notas, un boli y un tirachinas “tuneado”. Y nada de esto parece darle pistas sobre quién es y qué está haciendo en ese sitio tan inhóspito. Así que decide comenzar a apuntarlo todo y darse un paseo por la ciudad.
Definitivamente, no sabe que la espera un misterio aún mayor que el de su propia amnesia.

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